El sector artístico y cultural se verá beneficiado por la entrada en vigor de un nuevo decreto que desregula la importación y exportación de obras de arte, según lo anunciado por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado. Esta normativa, que será publicada en el Boletín Oficial, introduce modificaciones significativas en el marco legal vigente, con el objetivo de fomentar la circulación de obras de arte en el mercado internacional, al tiempo que se reducen barreras burocráticas y se garantiza una mayor seguridad jurídica para los actores del sector.
Entre los aspectos más destacados, el decreto amplía los plazos para la exportación e importación transitoria de obras de arte de uno a cinco años. Esta medida, largamente reclamada por galeristas y coleccionistas, busca facilitar la participación en ferias y exposiciones tanto en el país como en el extranjero, optimizando los costos logísticos asociados al movimiento de las piezas.
Adicionalmente, se elimina la exigencia de una licencia especial para la exportación de obras de artistas que hayan fallecido hace más de 50 años. Hasta ahora, dicho trámite concedía al Estado o a terceros residentes una opción preferente para adquirir las obras antes de su salida del país, afectando el derecho de propiedad de los titulares de dichas piezas. Este procedimiento, que requería hasta 16 firmas para su aprobación, ha sido señalado como un disuasivo para la conformación de colecciones de arte, al generar incertidumbre sobre el ejercicio de la opción de compra por parte del Estado y las condiciones económicas de dicha operación.
Con el nuevo marco normativo, los propietarios podrán exportar obras de arte mediante un formulario simplificado que podrá completarse directamente en el aeropuerto, en cualquier horario. Asimismo, se suprime el comité encargado de otorgar las licencias de exportación, eliminando así un nivel adicional de burocracia. No obstante, es importante destacar que estas modificaciones no afectan a las piezas catalogadas como patrimonio cultural de la Nación, las cuales siguen estando sujetas a los controles específicos establecidos para su protección.
Este cambio regulatorio recuerda a la liberalización implementada en 1996 con la promulgación de la Ley 24.633, que permitió la circulación global de obras de arte y marcó un hito en la comercialización de piezas de artistas argentinos en el extranjero. Ejemplos destacados de esa época incluyen las obras de Antonio Berni, posteriormente subastadas a valores récord y adquiridas por coleccionistas de renombre como Amalita Fortabat y Eduardo Costantini.
La reciente reforma no solo moderniza el marco normativo, sino que también refuerza el acceso de los artistas argentinos al mercado internacional y protege los derechos de propiedad de los coleccionistas y galeristas, consolidando un sistema más eficiente y menos restrictivo para la gestión de obras de arte.
Autor: Ramiro de Iturralde