La Victoria de Trump y la Necesidad de Diversificación Comercial de México
Mientras los análisis políticos de este resultado dominan las primeras planas, en México el impacto va más allá de los titulares y se traduce rápidamente en preocupación económica y comercial. Y es que, como cada cuatro años, en vísperas y durante el inicio de un nuevo gobierno estadounidense, el futuro económico de México suele colgar de un largo y tenso hilo de incertidumbre.
En palabras del periodista Mauricio Hernández Cervantes, «cuando el 80% de las exportaciones dependen de un solo cliente, como es el caso del país azteca respecto a Estados Unidos, si las aguas están en calma todo fluye viento en popa, pero ante el mínimo oleaje la macroeconomía se tambalea y las relaciones se tensan». Hoy, con Trump nuevamente en la Casa Blanca, ese «mínimo oleaje» se ha transformado en una tormenta potencial, y las políticas comerciales y migratorias del nuevo gobierno ya están generando ondas de choque que México no puede ignorar.
¿Qué significa la reelección de Trump para la economía mexicana?
La relación comercial entre México y Estados Unidos sigue siendo una de las más intensas a nivel mundial, con exportaciones mexicanas hacia su vecino del norte que superaron los 78.287 millones de dólares solo en el primer bimestre del año. Sin embargo, la dependencia económica de México respecto a Estados Unidos se ha convertido en un arma de doble filo. La pregunta más relevante no es si habrá consecuencias con la nueva administración de Trump, sino cómo México puede protegerse de estas fluctuaciones y la incertidumbre política.
La historia reciente ofrece ejemplos claros de lo que está en juego. Durante su primer mandato, Trump amenazó con retirarse del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) y aplicó aranceles punitivos en áreas clave. Sus políticas de endurecimiento migratorio y proteccionismo económico buscaron proteger a las empresas estadounidenses y a los sindicatos, muchas veces a expensas de México. Con este panorama, México se enfrenta nuevamente a la necesidad de replantear su estrategia comercial y buscar alternativas que reduzcan la hiperdependencia de su socio al norte.
España: Una Oportunidad de Diversificación
En este contexto, la relación con España y, por extensión, con la Unión Europea, aparece como una opción viable y estratégica. Tal como destaca Hernández Cervantes, las relaciones entre México y España tienen raíces profundas que trascienden lo meramente económico y abarcan la historia, la cultura y la diplomacia. «A España le concierne lo que ocurre en Hispanoamérica y en Hispanoamérica nos concierne lo que ocurre en España,» dijo el escritor mexicano Carlos Fuentes.
En términos económicos, México ya ha comenzado a mirar hacia el otro lado del Atlántico. Durante la última década, las inversiones mexicanas en España han alcanzado cifras sin precedentes. En 2022, el 60% del capital de inversión procedente de América Latina en España fue de origen mexicano, con empresas líderes como Grupo Bimbo, Cemex, y Grupo Modelo ampliando su presencia en sectores estratégicos españoles.
Las Ventajas de Diversificar
La diversificación comercial no solo ofrecería a México una mayor estabilidad económica, sino que también podría proporcionar una red de seguridad ante políticas proteccionistas en Washington. España, como puerta de entrada a la Unión Europea, ofrece un mercado de más de 400 millones de consumidores, lo que representa un vasto potencial aún por explotar.
Pero el beneficio no sería unidireccional. España, a su vez, podría aprovechar la relación privilegiada de México con Estados Unidos para acceder al mercado norteamericano con mayor facilidad. Además, las más de 7.000 empresas españolas operando en México tendrían más incentivos para fortalecer su presencia, sabiendo que México está buscando construir relaciones más equilibradas y menos dependientes de Estados Unidos.
Desafíos y Consideraciones Legales
Desde una perspectiva legal, el fortalecimiento de los lazos con España y la UE conllevaría desafíos y oportunidades. Las empresas mexicanas deben considerar las implicaciones de la normativa europea, desde el cumplimiento de los estándares del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) hasta la adaptación a las regulaciones ambientales y laborales europeas. Por otro lado, los acuerdos bilaterales entre México y España, así como los tratados de inversión, ofrecen un marco legal robusto que facilita el comercio y la inversión.
Nuestra firma está preparada para asistir a las empresas mexicanas y extranjeras en esta transición, asesorando en la creación de estrategias jurídicas que maximicen los beneficios de esta diversificación. Nuestra experiencia en derecho internacional y comercial nos permite guiar a nuestros clientes a través de las complejidades de la inversión y el comercio transatlántico.
El Camino a Seguir
La frase de Hernández Cervantes resuena más que nunca: «Quizá ya sea el momento de que aquella vieja frase de que ‘cuando a Estados Unidos le da una gripe a México le da pulmonía’ quede en el pasado». La clave para ello, como sugiere el autor, puede estar al otro lado del Atlántico. Sin embargo, la transición hacia un modelo comercial más diversificado no será sencilla y requerirá una planificación cuidadosa y una colaboración estratégica.
Con Trump en el poder nuevamente, la pregunta no es si México debe diversificar, sino cómo y cuándo lo hará. Si deseas discutir cómo nuestra firma puede ayudarte a aprovechar estas oportunidades en España y la UE, no dudes en contactarnos.
Autor: Ramiro de Iturralde